Muchas
mujeres en el mundo se deben enfrentar a muchas desigualdades, pero,
es cierto que, cada vez, se logran más triunfos, dentro del ámbito
de sus derechos. Hoy en día, muchas mujeres se deben enfrentar a la
situación de ser un ciudadano de segunda. De una manera continua, o
de forma puntual, el incumplimiento de sus derechos es una constante
que hace que las mujeres estén en una situación de vulnerabilidad
y, en algunas ocasiones, tener que depender de sus compañeros, para
cualquier cosa, durante toda su vida. Unas y otros deben convivir en
la misma sociedad, pero no pueden ocupar el mismo lugar. Las mujeres
llevan años reclamando la igualdad, en aquellos entornos donde se la
niegan, los derechos en las culturas, en las que se los han quitado,
el reconocimiento, en aquellos países, en los que son seres
invisibles y su papel como personas, como individuos, en el mundo.
Estas mujeres, cada día de su vida, deben justificar el lugar que
quieren ocupar, luchar por poder mantenerlo o, en los casos más
extremos, pelear y luchar por poder conseguirlo. Es una especie de
triátlon, que va a implicar mucho esfuerzo, ya que ellas no han
podido escuchar la señal de salida.
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