En
el mundo, hay millones de niñas que se ven forzadas a dejar el
colegio y son víctimas de la explotación laboral. Y, es que las
niñas que trabajan, en nuestro mudo, se pueden contar, por
desgracia, por millones y,en la mayoría de ocasiones, son víctimas
de la explotación laboral. En la mayoría de los casos, van a
trabajar en el sector doméstico, donde también podemos encontrarnos
con niños, aunque en un porcentaje inferior. Por ejemplo, tenemos
los datos de la ONG Plan que apuntan que hay 246 millones de niños,
entre los 5 y los 17 años que tienen que trabajar o, al menos, están
forzados a desempeñar un empleo, ya que las condiciones en que
realizan, dicha labor, se parece más a una situación de
semiesclavitud. Los cálculos realizados por la Organización
Internacional del Trabajo señalan que el trabajo infantil afecta a
una cifra superior a los 100 millones de niñas. Se dice que son
niños invisibles porque, con mucha frecuencia, deben trabajar de una
manera clandestina, ya que no se sabe nada de ellos ni lo que,
realmente, hacen. Son menores que son pobres, cuya única labor, en
la vida, es conseguir algún tipo de ingreso económico. La
desesperación que vive una familia y las propias niñas, les obliga
a elegir el trabajo, por lo que tendrán que dejar la escuela, los
estudios y un mundo mejor. Además, las niñas, por el simple hecho
de ser mujeres y menores, son las primeras obligadas a dejar los
estudios.
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