Durante los años en los que estuvo en España, Anguissola pintó varios retratos oficiales de la reina Isabel y del rey Felipe, aunque este último cuadro, durante siglos, se pensó que era obra de otro pintor, que formó parte de la corte, como era Alonso Sánchez Coello. También, se le atribuyó otro cuadro suyo a otro pintor, como era el retrato de la infanta Catalina Micaela de Austria, que tiene como curiosidad que no luce una piel de armiño, sino una de lince. Tras casarse, por imposición de Felipe II, se fue a Sicilia. Quedó viuda en 1579 y se volvió a casar cuando tenía 50 años y su marido 25, siendo su marido un rico capitán de barco. Se fueron a vivir a Génova donde, a pesar de las cataratas que le dejaban sin vista, siguió pintando hasta que murió a los 93 años de edad.
Foto: fuente
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