Cuando el gobierno Talibán se encontraba en el poder, en la tierra de Afganistán, su trato hacia las mujeres y el papel de éstas, dentro de la sociedad, cobró una gran importancia, a nivel internacional. Su intención era poder crear ambientes seguros, donde la castidad y dignidad de las mujeres fueran, de una vez, sacrosantas, tal y como se pueden leer en las creencias Pashtunes, sobre la vida en purdah -la práctica para poder ocultar la vida femenina, en la vida pública-. Durante dicho período, la mujer estaba obligada a vestir un burka, en todo momento, en público, ya que, según los líderes talibanes, la cara de una mujer es una fuente de corrupción para hombres que no estén relacionados con ella. No estaba permitido que una mujer pudiera trabajar ni seguir recibiendo educación, a partir de los ochos años de edad. Desde esa edad, sólo podrían estudiar el texto del Corán. Las mujeres que quisieran tener una educación superior a ésta, debían ir a una serie de colegios, que eran clandestinos, donde las alumnas y los profesores tenían que hacer frente al riesgo de ser ejecutados, si eran descubiertos. No les estaba permitido ser tratadas por médicos masculinos, a no ser que fueran acompañadas por otro hombre, que fuera su tutor, sino, podrían tener que enfrentarse a la flagelación pública o a la ejecución, si violaban las leyes de su país.
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