En el museo Nacional del Prado nos podemos encontrar con unos 1150 cuadros; pero, tan sólo tres posee firma femenina. Y, todos son de la misma mujer: Sofonisba Anguissola (1532- 1625), la única mujer en medio de un mundo de hombres. Sin duda, si tenemos en cuenta que la pinacoteca posee 8000 cuadros y sólo 45 han sido realizados por artistas femeninas; pero, no tiene nada que ver con la organización del Prado, sino por la invisibilidad en la sociedad y en el arte que sufría el sexo débil, desde el principio de los tiempos. Anguissola fue una mujer pionera y única, que supo abrirse camino en medio del Renacimiento, una pintora que supo lo que era el éxito, incluso, en vida. Además, recibió los halagos y la admiración de otros pintores que fueron coetáneos de ella, como podía ser Giorgio Vasari, Van Dyck o Miguel Ángel y tuvo el orgullo de trabajar en la corte real española del rey de Felipe II. En aquella época vivir del arte era casi imposible para una mujer, ya que, durante los siglos XVI y XVII, las señoritas no podían entrar en las academias. En este caso, Miguel Ángel decidió darle clases “informales” ya que se dio cuenta de que Anguissola tenía un talento muy especial. Además, las mujeres, por los prejuicios de la época, no podía estudiar la anatomía del cuerpo humano, ni ver ni representar un cuerpo que estuviera desnudo, por las reglas morales que existían en aquella época. Además, en aquella época el único valor que podía explotar una mujer, según la sociedad, era el de la vanidad.
Foto: fuente
No hay comentarios:
Publicar un comentario