En
el caso de Liu Yang, los periódicos han elogiado la sangre fría,
que ha demostrado el día en que impactó contra una nube de aves,
que provocaron fuertes daños en su avión. A pesar de ello, logró
aterrizar. A partir de ese momento, ambas mujeres han logrado
encaminar su trayectoria, hacia el camino espacial, en el centro
nacional de entrenamiento de las que se conocen como “takionautas”,
o sea, como se llama en China a los astronautas. "En
el caso de las astronautas chinas es clásico que comiencen como
pilotos en la fuerza aérea. Todos los astronautas chinos tienen en
común esa experiencia"
ha explicado a la AFP Morris Jones, que es un experto australiano, en
temas espaciales. Según él ha indicado, las dos mujeres han seguido
un duro entrenamiento, bastante acelerado, para que ya puedan
realizar las funciones, en dicha estación. "Pienso
que su entrenamiento ha sido más intensivo y que se omitieron
ciertas materias no esenciales. Esas mujeres están listas para volar
en el espacio, pero no han sido instruidas al mismo nivel que un
astronauta completamente formado". La misión que tiene Shenzhou
-o sea, la “Nave divina”- IX va a ser el acoplamiento manual al
módulo Tiangong- 1 (“Palacio celeste”). Va a formar parte del
programa con el que China busca conseguir un módulo espacial, de
manera permanente, desde este momento, hasta el año 2020. así,
China se convierte en el tercer país en mandar a una mujer, después
de la Unión Soviética y los Estados Unidos.
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