La situación que está viviendo la mujeres, en algunas zonas del mundo, ha vivido muy pocos avances, a pesar de los esfuerzos que se están realizando, por parte de las autoridades. Las mujeres y las niñas representan el 70% de la población que tiene que vivir en la pobreza; son dos tercios de las personas analfabetas y, a causa de nacer mujer, en muchos países se encuentran completamente limitadas, con menos posibilidades en la educación, la salud, la tierra, tener propiedades, acceso a la vivienda, controlar los recursos naturales y otro tipo de sociedades, que son básicas. Si tenemos en cuenta el Índice de Equidad de Género (IEG) del Informe de Social Watch, la tendencia, en términos generales, es un progreso bastante lento o nulo, sobre la igualdad entre mujeres y hombres. Esta diferencia de género, no sólo va a afectar a la vida que lleva buena parte de la población mundial, sino que va a influir en el desarrollo de esos países, tanto desde un punto de vista económico, como social. También, hay que señalar las palabras de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo- España (CONGDE) que ha señalado la necesidad de tener que ponerse manos a la obra, sobre los cambios estructurales en las políticas de ayuda al desarrollo, el comercio y la deuda, para poder terminar con la “feminización de la pobreza”.
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