lunes, 9 de julio de 2012

Las mujeres quemadas (IV)



El elemento más llamativo, de esta clase de agresión, es la extrema crueldad de las mismas. "Este método no es nuevo, puede aparecer repetido ahora, pero es histórico: hace recordar a la quema de brujas, en la Edad Media". Las estadísticas de la OVD del Poder Judicial de Tucumán son una muestra, aunque no completa, del nivel de violencia que se está ejerciendo sobre las mujeres. A la cabeza nos encontramos con la violencia psicológica (41%) y, en un 30%, nos encontramos con la violencia física. En la mayor parte de los casos, nos encontramos que la relación entre la víctima y el agresor es de cónyuges. Por otro lado, tenemos a Miguel Lorente, que es el profesor de Medicina Forense de la Universidad de Granada, que ha analizado los diversos elementos que son empleados, por parte de los agresores machistas. Aunque se habla, de manera específica, del empleo del ácido, incluye, entre otros métodos, los que llevan consigo quemar a la víctima y, confirma, que nos vamos a encontrar con un doble objetivo: "buscan ocasionar daño grave, mucho dolor y complicaciones severas; y, por otro lado, dejar a la persona marcada con secuelas estéticas brutales. Esto satisface al agresor que, si no mata a la víctima, deja de perseguirla y acosarla porque ve en sus cicatrices su firma y la devaluación de la mujer desde el punto de vista estético -abunda el ex delegado del Gobierno español contra la Violencia de Género-. Es como si dijeran: 'nadie te va a querer; te he marcado, he dejado mi firma'".
Foto: fuente

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