Entre los casos que se recuerdan, en esta fecha, tenemos el de una familia en Burkina Faso, en el que los propios padres lograron impedir la ablación de su hija, que ya tenía 18 años, cuando fue un fin de semana a visitar a su familia en su pueblo: "las viejas del poblado la cogieron y se lo hicieron a la fuerza (…) Las abuelas africanas tienen muchísima importancia y la presión social para mutilar a las niñas aunque vivan en España es muy grande". Una de las cosas que más se valoran es que las mujeres más jóvenes, son las que están más abiertas a entender que esta mutilación ancestral, que es una tradición de su cultura, sólo le va a traer grandes dolores, peligrosas infecciones y problemas -tanto en su vida sexual, como en su salud- . "Cuesta más convencer a la mujer recién llegada y mucho más difícil trabajar con los hombres porque tienen un desconocimiento total de la mujer y estás hablando de cosas de las que no se habla jamás”. Se piensa que emplear mucha pedagogía y trabajar, en el propio país de origen de los emigrantes, es básico para poder terminar con esta tradición, que no tiene ningún tipo de base, ni religiosa, ni médica.
Foto: fuente
No hay comentarios:
Publicar un comentario